Un ramo de colores, perfumado y conjugado en alturas, en texturas. Un ramo de alegría, de amor y de consuelo. Un ramo que es recuerdo, a veces efímero y a veces eterno, de lo que explota el alma y la hace sentir. Un ramo de naturaleza, de primavera, y de otoño también. Un ramo que brille con la luz del día y por las noches arrulle; que abrace, que envuelva. Un ramo que celebra la vida silvestre, y lo silvestre de la vida.